domingo, 12 de noviembre de 2017

INDUSTRIALIZACIÓN POR SUSTITUCIÓN DE IMPORTACIONES

En la segunda mitad de “los años locos” (década del 20), el movimiento industrial había logrado un notable aumento y junto a ello, un gran crecimiento en la importación de maquinarias. Tales como, equipos para la industria, de metales, de alimentos y textiles. Todo esto gracias a las inversiones llevadas a cabo por potencias extranjeras como los Estados Unidos, Alemania y las grandes empresas de capitales Argentinos como Bunge y Born.



Con la caída de la bolsa de Wall Street, se produjo una fuerte caída en las inversiones de las empresas extranjeras, trayendo como consecuencia un fuerte crecimiento del desempleo y el fin del modelo agro-exportador. Este nuevo escenario económico mundial, trajo un cambio obligado en la política económica Argentina dando paso, a una política de sustitución de importaciones de una manera poco planificada, lo que traería consecuencias económicas en el futuro del país. Este proceso es conocido como “industrialización por sustitución de importaciones” (ISI), pretendía reducir las importaciones debido a que los valores de los productos primarios producidos en el país habían bajado bruscamente en los mercados internacionales provocando consecuentemente, una disminución significativa en la entrada de divisas a la Argentina. Para ello, era necesario incentivar la inversión industrial a través de políticas económicas como el proteccionismo, fácil acceso a crédito e invertir en infraestructura productiva a largo plazo. Así, el gobierno de Ortiz, perteneciente al partido de la Concordancia (unión de conservadores y antipersonalistas), se desligaba paulatinamente del liberalismo y competía ahora con los Estados Unidos cuya situación no era del todo firme. Esta competencia sin embargo, se limitaba. EEUU contaba con un mercado tan competitivo que Argentina perdía una considerable suma de clientes, por lo que la exportación se centró básicamente hacia países limítrofes, además del mercado interno. A su vez, la nueva maquinaria instalada en el país en la etapa anterior, favoreció el desarrollo del sector. Entonces, los capitales extranjeros que antes se usaban para importar, ahora son usados para la producción local. De esta manera, se hizo más rentable la producción nacional.

Los sectores más beneficiados en este período fue la industria textil y la de alimentación. Esto no debe sorprender ya que la argentina era un exportador de materias primas y lo que se estaba haciendo con los capitales extranjeros y con los grandes capitales nacionales era abastecer al mercado interno de productos que eran fácilmente elaborables con las materias primas que antes se exportaban. A esto se debe agregar el comienzo de la industria del caucho, eléctrica y metalúrgica.

Este cambio en la política economía Argentina seria el comienzo de un nuevo orden social, donde el crecimiento industrial se va a ver acompañado por una insipiente lucha de las clases obreras que culminaran con la llegada al poder de gobiernos apoyados por estas.En los alrededores de las grandes ciudades como la Capital Federal, se creo un gran cinturón industrial donde se concentraban la industria alimenticia y textil.

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Cuando en una economía se ha generado la demanda de productos manufacturados, y se pueden financiar empresas manufactureras -a partir del excedente generado por el sector primario- a través del ahorro y la exportación, es posible acelerar su desarrollo por medio de la protección con la instrumentación de aranceles y cuotas. Esto es lo que da origen al modelo de Sustitución de Importaciones. Ahora bien, prácticamente todos los países industrializados y en desarrollo, han transitado por un esquema de protección para sus nacientes industrias manufactureras. Es decir, por una primera etapa de un proceso de sustitución de importaciones con esquemas que aplican aranceles a los productos de consumo que son de importación. Estos productos consisten principalmente en ropa, calzado, enseres domésticos y los insumos tales como textiles, piel y madera. Ésta es considerada la etapa fácil de la sustitución de importaciones.
Al profundizarse el tránsito por esta primera etapa, la producción nacional aumenta en mayor proporción que el consumo, debido a que la producción debe satisfacer no sólo los incrementos en la demanda interna sino también debe sustituir las importaciones. Sin embargo, conforme la industria nacional sustituye las importaciones su crecimiento desciende, hasta que sólo crece al mismo ritmo que el consumo interno. En este momento, para poder mantener tasas elevadas de crecimiento en la industria es necesario tomar una decisión, o se fomenta la exportación de las manufacturas o se inicia la segunda etapa del proceso de sustitución de importaciones.
Esta segunda etapa comprende la sustitución de la importación de bienes de consumo intermedios y de bienes de consumo duradero, por bienes de fabricación nacional; y se conoce como la sustitución de Importaciones orientada hacia adentro. En esta el Estado promueve abiertamente las estrategias de desarrollo orientadas hacia afuera con la idea de conducir a un mejor desempeño económico, en términos de exportaciones, el crecimiento económico y el empleo. El Estado impulsa a los empresarios hacia actividades exportadoras vía franquicias y facilidades tributario-administrativas y también vía subvención de precios en el mercado. Además, a través de la creación de fondos de riesgo (venture capital) fomenta la creación de empresas tecnológicas.
La tercera etapa, consiste en impulsar decididamente las exportaciones más intensivas en tecnología y trabajo especializado, concentrándose en una gama de productos de más alto valor agregado. Adicionalmente, se promueven altos niveles de Integración con una proveeduría local mucho más desarrollada.

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